La cantante y compositora nacional regresa con Laberinto de Azar, un EP profundo que explora, a través de cuatro canciones, un proceso de sanación y autodescubrimiento. Con letras sinceras y un sonido envolvente, Jade invita a sus oyentes a recorrer un viaje emocional lleno de empatía y reflexión.
Para cerrar el año de la mejor forma, la artista nos presenta su segundo EP, un trabajo que nos invita a un viaje de vulnerabilidad y resiliencia, enfrentando nuestras sombras y recordándonos que el verdadero propósito está en avanzar, aceptando cada giro inesperado en el camino.
“Este EP es un viaje por mis lugares recónditos más sensibles, las canciones muestran mucha vulnerabilidad y reflejan luchas internas muy profundas. Poder expresar y compartir todo a través del arte es muy sanador para mí y a la vez siento que es importante hacerlo para generar espacios de reflexión, de empatía y comprensión” comenta Jade.
Aunque mantiene la esencia del electropop que caracteriza a Jade, cada pista ofrece una experiencia única. Con una mezcla de dance pop, disco, new wave, dream pop y synth pop con toques latinos, el EP presenta melodías intensas y arreglos vocales cargados de dramatismo.
Junto a Jade también estuvieron Fernando Cubillos y Emerson Benavides en la producción. “Fue una experiencia hermosa en la que nos atrevimos a romper los esquemas del electropop. Tuve la oportunidad y el honor de trabajar con un equipo increíble, muy talentoso y creativo. Lo dimos todo y disfrutamos mucho cada etapa de este viaje, con mucha confianza, mucha sensibilidad y mucho amor”, expresa la artista.
Laberinto de Azar es un recorrido sonoro que desafía las expectativas, proponiendo una oportunidad para descubrir las profundidades del ser. En palabras de Jade, “es un viaje emocional y sonoro que refleja una búsqueda incansable de ir más allá, de salir de la zona de confort, de crear con libertad y con honestidad”
Con este nuevo estreno, la compositora reafirma su lugar en la escena musical nacional, ofreciendo una propuesta fresca y auténtica que invita a la reflexión y al autoconocimiento. Un laberinto sonoro que, lejos de ofrecer respuestas fáciles, nos desafía a enfrentar nuestras emociones más profundas.